Estimadas compañeras y compañeros:
Este 1° de Mayo es una conmemoración diferente llena de dolor. No saber qué pasará mañana produce dolor. Pero esta historia es diferente porque tiene remedio, y ese remedio tiene que ver con la actitud con que enfrentemos estos asuntos y nuestros actos. Respetar los protocolos de seguridad, y el respeto por la vida, representan un valor muy profundo en todos nosotros, y este es el valor por las personas.
Son estos mismos valores los que no imponen ser intolerantes con los abusos de poder aplastante del capitalismo, que se eleva ignorando el enorme aporte que hacen los obreros del mundo. Este capital abusivo consume nuestro tiempo, administra nuestras necesidades, intenta pensar por nosotros haciéndonos a un lado como si fuésemos productos terminados o con fecha de vigencia vencido.
Vivimos en un país que no invierte en seguridad, pero sí en tecnología productiva que administra y determina nuestros tiempos, produciendo con ello trabajadores inseguros que en el tiempo se deterioran. Cada día que pasa desaparecen oportunidades, donde no existe la posibilidad de jubilar con dignidad, donde las AFPs tienen utilidades que no llegan a los trabajadore. Sólo reflejan pérdidas condenando a terminar una vida de trabajo con una jubilación miserable.
Somos los hijos del sur del mundo, donde las familias se ven en la obligación de comprar la felicidad en cuotas: educación, salud, vivienda, diversión y tantas cosas más. Los problemas de hoy son del ayer, donde no supimos solucionar las bases de esta injusticia y decir basta del abuso que desde hace años hemos venido tolerando.
Estimados trabajadores de nosotros depende hacer cambios, apoyemos a los jóvenes que tienen el alma colmada de eseranzas y sueños. Juntos realizaremos los cambios que hacen falta en Chile. No sigamos errando el camino, ni dejemos malo ejemplos a nuestros hijos y nietos. No abandonemos nuestros sueños de justicia y tranquilidad. Necesitamos UNIDAD para volver a soñar, para vencer de una vez por todas los abusos históricos.
Hoy no podemos marchas por nuestra Alameda libre, por donde marcha el obrero libre de pensamiento. Para algunos es la tormenta perfecta, para que una más veamos si se escuchan los gritos de libertad de los trabajadores.
Un gran abrazo
La Directiva